
Érase una vez un reno llamado Rudolf. Rudolf era muy conocido en el polo norte porque no tenía la nariz de reno habitual, ¡sino una enorme nariz roja! Se comunicaba con Santa con su nariz, por lo que era el reno más importante. Sin embargo, el día de Navidad de 2020, ¡nadie encontró a Rudolf!
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Mr. Santa Claus, Mrs. Santa Claus y los elfos del pueblo también buscaron a Rudolf, ¡pero no lo encontraron por ninguna parte! Mr. Santa sabía que si Rudolf no aparecía, no habría Navidad este año porque Rudolf era el reno más importante. Nadie sabía dónde se escondía y todos ya habían renunciado a tener la Navidad en 2020. Sin embargo, Mr. Santa no se rindió, pero incluso caminó por todo el Polo Norte para ver si podía encontrar a Rudolf.
Solo quedaban unas pocas horas para Navidad y Mr. Santa estaba muy, muy triste por no haber encontrado a Rudolf. Mr. Santa decidió volver a su pueblo y partir con los 7 renos que le quedaban y tratar de llevar los regalos a los niños. Papá Noel tuvo dificultades para despegar con los 7 renos restantes en el cielo y tratar de llevar felicidad a los niños.
Sin embargo, Papá Noel tuvo muchas dificultades para volar con los 7 renos porque faltaba Rudolf. Cuando había viajado por medio mundo, de repente llegó a España. Un milagro de milagros, luego vio accidentalmente a Rudolf llorando de bajo de una palmera. Mr. Santa le pidió a los renos que aterrizaran inmediatamente en el suelo. Santa aterrizó donde estaba Rudolf y le preguntó por qué había volado tan lejos el día de Navidad. ¿Por qué dejaste allí a tus compañeros y amigos sin decir una palabra? – preguntó Papá Noel
Rudolf estaba muy triste, pero le dijo a Mr. Santa que se había escapado tan lejos porque su padre y su madre se iban a divorciar. Santa entendió el enorme dolor del pobre reno, pero discutieron que no era posible esconderse de los problemas, sino discutirlos siempre. ¡Hay compañeros y amigos para ayudarse mutuamente en todos los problemas! El reno limpió sus lágrimas y finalmente comprendió y juró que no volvería a escaparse. Rudolf volvió al trineo y también se disculpó de los otros renos.
Los renos aceptáron la disculpa de Rudolf y todos se dispusieron a llevar los regalos al resto del mundo, para que cuando los niños se levantaran por la mañana, todos tuvieran montones de regalos.


FIN
El cuento y los dibujos fueron hechas por: Gergo Gajdos
Muy bien Gergo
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